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lunes, 23 de julio de 2007

¿Crueldad o realidad?

La rutina implacable se acerca y corroe el óxido que ya no puede resistir el paso del tiempo, se acerca la angustia que invade a las lágrimas y olvida el destino de las últimas palabras. ¿A dónde han ido? ¿Qué pasó con el sueño prometido?
Los pasos cansado a veces descansan, levantan la mirada y descubren el sinsabor de las palabras, ¿cómo llegar hasta la luna cuando no se ve la luz que la domina?
Preguntas, millones de preguntas que vienen y van que se llenan en la copa de vino y no dejan beber el sabor de la tranquilidad... fácil no será, por diferentes calles llegan las misma preguntas de almas ansiosas que buscan respuestas en bocas de otros que ya han decidido renunciar.
Quizá hay una posibilidad, quizá se hace justo el momento en el que el sol cae y la lluvia arrulla las soledades para recordarles que siempre fue mejor el abrazo que el silencio y poco a poco todos reviven esa primera mirada que los llevo a creer en el tiempo y el espacio unidos para la eternidad.
¿Dónde quedan las fragancias, dónde encontrar las palabra que reconocen la maravilla de la bienvenida y el dolor de la despedida? Se rueda por las manos como el agua del río, como las lágrimas de los niños, se ruedan y duele más, cada segundo más darse cuenta que es inevitable caer y volver a nacer porque las cartas rotas no juegan en la mesa y ellas son las que recuerdan que el cielo no se abrirá.
El adiós parece ser la última y única salida, entonces se convierte en el siempre y la eternidad, tal vez resulta ser un poco más que su igual pero la resistencia a esa posibilidad quizá sea la oportunidad de abrir una nueva grieta por donde la luz vuelva a pasar y en lugar de fundir el canto con los gritos de los cuervos, pueda unirse a la danza de las brujas que en luna llena deciden aún amar.

viernes, 20 de julio de 2007

El camino

En las mañanas, cuando hace frío y el sol tropical se sienta sobre los cerros, acaricia las hojas altas y consiente sus sueños, en las mañanas de veranos inexistentes se hace presente el camino sin fin que siempre estuvo llegando y huyendo las miradas y jueces, de los niños y viejos que quisieron quererlo y se fueron muriendo sin saber acogerlo.
Esas mañanas se posan sobre el cerezo, se envuelven en los cantos de sirenas que engañan con sus cuentos a quienes han creído saber más los vientos. Hace frío y es inevitable temblar con las manos entrelazadas mientras se pasa la vida tras los ojos de quienes evitan ver lo que ha quedado en las heridas de una existencia lejos de lo que alguna vez en silencio se soñó.
Se acaba el sendero que siempre se caminó, se acaban los olores conocidos y los colores familiares, se acaba lo que por siglos estuvo sin ser tocado y soñó con el cambio de horario, se acaba lo que no iba a terminar y el tiempo con su inclemencia no dará vuelta atrás aunque las lágrimas terminen inundando los valles fértiles y las tristezas atropellen con lo que nunca llegó a ser.
Es el destino el que habla tras las rejas y el que empuja a las violetas para que mueran de una vez y no alarguen el suplicio de su existencia vacía, perdida en la consolación de las religiosas mentirosas que día a día prometieron un día verde con calor de hogar y sólo impartieron dolores y castigos entre disciplina que nunca fue sincera y sólo corrompió la estrechez de la mente inocente que se consumió ante la mirada indiferente de las estatuas de sal que jamás pensaron en salvar lo poco de bueno que quedó allí.
Es el tiempo de salir y no volver, de vivir y dejar las cadenas amarradas atrás, de no voltear la mirada porque quedará de nuevo el intento en el café; es el momento de encender la luz a los demonios y de una vez saber si se puede morir en el intento pero morir al fin, porque la vida en medio de bombas y cristales hubiera sido el cloroformo que tarde o temprano dejaría la ilusión en el cajón donde ni el tabaco quiere reposar.
Se hace tarde para quedarse y es mejor levantar la mirada y decir el silencio que una vez más será la bandera de los que prefieren callar los dolores y dejar que se viva con las emociones que cada cual prefiere recrear, pero la hora no deja esperar y el camino debe continuar...

martes, 26 de junio de 2007

Guerra


Se agota el espacio que es sólo mental, se vierte sobre la copa que, amarga, envuelve al tiempo que se quiere olvidar.

Entonces se apagan las velas, se consume el dolor y la memoria traiciona a los instantes frágiles que como héroes intentan luchar.

Es la mente quien juega y engaña, quien compra las parcelas e intenta ganar...

Tal vez no es suficiente y se debe morir para resucitar entre los bosques y hallar las fragancias que aún pueden renovar las pequeñas caricias y las sombras proyectadas sobre el mar intangible y deseoso de navegar.

Se compran ilusiones pero se debe alcanzar más que la oscuridad conocida, es más fuerte la luna helada aunque no es la única.

Está en venta la espada sin filo y cansada será olvidada, pues la historia ha de ser recontada para que las gotas se sequen y las manos logren sembrar nuevas ideas en campos innombrables, en mundos incarcelables.

Se siente el adiós que acarrea la angustia del abismo y así se hace necesaria su sepultura que reencarnará las auroras extrañas, bailarinas sobre escombros que no pueden aullar, que olvidaron la maldad y asesinaron las flores rotas, hijas de la fealdad.

Se agota el tiempo y tal vez ya se agotó, se perdió en el consuelo innecesario que a todos engañó.

No más lágrimas compradas, ni sueños secuestrados; las espinas sangran en la piel, pero el dolor debe perecer y esconderse del presente mientras ruega a las nuevas hadas para que en la madrugada no quede el miedo de sus palabra.


domingo, 24 de junio de 2007

Largo el metraje


Se acaban los lamentos que regresan con el río, que se arrancan de las paredes y lloran la despedida que se desvanece en el puño cerrado, incrédulo y temeroso por perder su conocimiento y abandonar los carruajes por corceles tirados... cómodamente anclados.
Se pierden esas velas que con sus luz recrean sombras blandas, sonrisas inexploradas y un ritmo pesado que danzando se iba quemando..
¿Qué dirán las voces de los callados?
¿qué dirán las miradas de los escondidos?
Tal vez lo que nunca fue real y entonces aparece sin cesar, como única fabricación de una mente marchita y cansada, agobiada y anciana.
No se oirán más lamentos porque Dios ha abandonado hasta a sus fieles ángeles; ya no queda tiempo para enjuagues ni saxos melancólicos que invaden las sábanas cansadas de esperar, arrulladas por telarañas lunares y falsas mañanas felices que mueren en el encanto de un expreso vacío y enjuagado en el frío del verano, vencido por un invierno perdido.
Se acaba el tiempo del pasado y del futuro inalcanzable, se acaba el horizonte insondable y amenazante... la venganza no preparada resulta más lenta y mejor pagada, se realiza y baila entre los velos de las angustias caídas que endulzan las tristezas y enmarcan la noche callada que al fin se posa sobre la ventana.
Termina, termina la falsa escultura que con la lluvia ha perdido fortaleza, los poros de la piedra han quebrado la dureza que antaño sostenía su franqueza.
Se acaba y el adiós se hace largo cuando un lamento regresa su mirada para reconocer que nunca fue ese su espacio.

sábado, 23 de junio de 2007

Con-Tingencia


Sentado frente al mar, con la mirada perdida en la caída de un sol cercano e infinitamente extraño sintió una mano caliente que se entrelazaba con la suya. Sin temor volteó su mirada para reconocer la compañía que tenía... se parecía, podría ser él, ni más joven ni más viejo, pero aún así no era él.
Se miraron y el primero le preguntó:¿eres yo?
No hubo respuesta, insistió:¿eres otro?
Pero el recién llegado tan sólo se limitó a mirar la caída del sol, no todos los días podía disfrutarse como esa tarde y no perdería el instante sublime por una conversación que podría esperar. Las manos entrelazadas no se incomodaban; así el primero optó por copiar la actitud de su compañía aunque se hallaba visiblemente incómodo con él, no podía enfocarse en el fenómeno que tenía frente, pues el silencio del otro cuestionaba su falta de comunicación.
Los minutos pasaron, uno de los dos había logrado su cometido, mientras el otro cada vez se sentía más afectado e inseguro, el sol terminó su recorrido, entonces el otro respondió la pregunta de su ser: "Tal vez soy tú, pero también puedo no serlo, puedo ser la infinita posibilidad de lo que serías si tan sólo te dieras cuenta de lo que pasa día a día en tu mente y cuerpo y aún no has querido realizar.
No vale la pena que te deshagas en explicaciones que sólo sirven para justificar la incompetencia de tus acciones, los miedos que te anclan en esta vida que has construido y que te llevan a considerar más cómodo repetir los paradigmas que por años has creído, en lugar de decidir por la responsabilidad de tu existencia y asumir que si eres infeliz y no callas ante la puesta del sol es porque prefieres acusar a mi presencia en lugar de asumir que no eres capaz de disfrutar, porque siempre encuentras por fuera de ti la estabilidad de tu vida.
De modo que podría ser tu, pero prefiero ser tu contingencia y permanecer en la posibilidad del todo y de la nada que al fin de cuentas me satisface más que la pereza y la derrota de asumir lo que eres como única y última posibilidad. Prefiero permanecer en este espacio donde el mal y el bien no existen porque son una construcción para someter mentes débiles que optan por escudarse en los castigos, en lugar de buscar la felicidad de lo que son y pueden llegar a ser.
Seguro me iré de aquí pero seguiré buscando las realidades que puedo llegar a ser y no me quedaré esperando que del cielo caiga el milagro que cambie mi patética vida, porque aún no he sido capaz de asumir mi mente como propia y prefiero que otros cultiven en ella sus miedos y sus mierdas, que otros hagan de ella el basurero que desean, mientras yo me compadezco y me hago la víctima, pues nadie ha querido apiadarse de mi existencia.
Mi querido amigo, no soy tu, soy más que tu, aunque también soy tu, pero aún así prefiero estar lejos de ti porque eres todo lo que un día no quise ser, eres ese ser lleno de miedo y de trabas, eres aquel que prefiere escudarse en la moral, la sociedad y la religión para no hacer lo que deseas, eres quien culpa a todos y a todo de tu rabia y de tus tristezas, eres quien no es capaz de asumir sus actos y por lo tanto no eres un ser libre; yo prefiero seguir siendo posibilidad aunque nunca llegue a existir, porque siempre es preferible la posibilidad a la realidad estática que a la larga tampoco es, pero cree ser más que lo que está a su rededor."
El sol ya no estaba y la posibilidad de verlo ese día había terminado con la fusión del fuego y el agua, tal vez al día siguiente tampoco se vería una nueva luz, pues en medio de tantos granos de arena es difícil pensar que alguien escuchará lo que su mente está dispuesta a hablar.

La Lentitud



"¿Y luego?

Luego ¿qué? Harán el amor ¿qué se habían creído? Esa noche lo harán en silencio, ella tan sólo gemirá como alguien a quien se le ha hecho daño. Así todo podrá seguir y la obra de teatro que acaban de representar por primera vez esa tarde, volverá a representarse durante días y semanas. Con el fin de demostrar que ella está por encima de toda vulgaridad, por encima del mundo corriente al que desprecia, lo pondrá otra vez de rodillas, le acusará, llorará, se volverá por ello aún más malvada, le pondrá cuernos, exhibirá su infidelidad, le hará sufrir; él se rebelará, será grosero, amenazará, decidido a hacer algo innombrable, romperá un jarrón, aullará espantosos insultos, momentos en los que ella simulará tener miedo, le acusará de ser violador y agresor, él volverá a caer de rodillas, volverá a llorar, se declarará culpable de nuevo, luego ella accederá a acostarse con él y así en adelante, y así en adelante durante semanas, meses, años, para toda la eternidad."


Entonces ¿será posible alguna otra realidad? o ¿siempre fue lo mismo desde el principio y a pesar del olvido se repite la historia? Es la eterna pregunta del retorno pero tal vez el giro en las circunstancias no cambie la realidad pues escrito está lo que ha de llegar y la vida inmisericorde no se detendrá a cambiar sus designios por el simple sufrimiento de alguno que envuelto en el remolino de su existencia no ha podido dejar de llorar.

jueves, 31 de mayo de 2007

Aún o después...


Invéntame una excusa para danzar con las hadas desterradas, para sonreír cuando la miel ha envenenado los canales de las manchas calientes y las tazas perdidas en bares cerrados.
Invéntame la posibilidad de quebrar el futuro, dragar la esperanza, recoger las espinas y lanzarme a un vacío que no acogerá la estampida.
No es tarde, nunca lo fue, sólo se trata de un tiempo inclemente que no supe entender... o tal vez el espacio cansado, agotado y vacío por aquellos fracasos que jamas fueron perdidos.
Entonces despierto, descubro el espanto, las sombras de mis deseos y el llanto de los obstáculos.
¡Que inútil insistencia! ¡Que mentira la que cantaba!
El extraño no fue otro, aún así tampoco lo vi.
Entonces se vuela, se esconde y me hundo.
No ahogaré mis sales ni me bañaré en las trincheras, pero comprendo que no hubo inventos geniales ni sueños medievales; lo que anclaba mi mirada era el camino vacío, llenado con la inconciencia de quienes perdieron la inocencia.
No inventes, no hacen falta las palabras adornadas que cuelgan de la ventana y se mezclan las melodías con las podridas fantasías.
No inventes, no llames a mi puerta con ojos desorientados, aguardando la clemencia de los que jamás fueron sanados.
Es el presente el que muere en un pasado imposible, aquel que dormido esperaba por la oportunidad de su fragancia; el mismo que escondió los martirios y disfrazó la venganza para acribillar las posadas de héroes sin espada.
Regresa el reloj, se funde con el silencio del futuro colmado, estable y anclado; reparte sonrisas y compra corazones para incluir en la lista de verbos y sermones a aquellos moribundos que partieron sin destino.

sábado, 26 de mayo de 2007

¿Sobrevivir/e/as/a/emos/an/eís?


Los ríos se secan y dejan las heridas abiertas,
jamás se ha sanado la espalda
y las manos abiertas ruegan por la tranquilidad que ya sabemos no ha de llegar.
Todo es el motivo, todo es la causa aunque se confunda con la consecuencia de una vida quebrada desde antes de ser concebida.
Es la puerta,
es el ancla y la pluma que se niegan y se mezclan cuando la totalidad se anhela,
a pesar de la insatisfacción posible de un futuro esquivo y patentado en un mundo donde la credulidad es la supervivencia de los incapaces,
de los soñadores fracasados y de los soldados educados.
No hace falta gritar,
tampoco cambiar banderas ahuecadas por la moralidad cultural,
las pérdidas no serán menores
y el llanto no cesará aunque prometa la verdad... ella no conoce el camino para llegar, sólo abraza la lealtad.
Injusto es actuar las mentiras de todos,
injusto es siquiera doblar el papel y limpiar la catástrofe de la inconciecia...
así no se sabrá que el amor siempre duele y mata,
la mano aprieta y golpea,
la decencia encarcela y envenena,
el éxito corrompe y asesina,
la esperanza duerme y traiciona
y el odio despierta y libera.
Los secretos se guardaran en el cajón si llave,
pero no cantarán su realidad;
el cuerpo se desvanecerá en sus lamentos y dudas,
se enfermará de nostalgia y la tristeza de felicidad.
Si llevas a la mente hasta el extremo de la cordura,
jugarás con angustias y ansiedades para descubrir que la salida fue sellada...
No se puede llevar una vida con sabiduría del final,
pues se comprenderá que nuca fue cuestión de voluntad
y la miseria se fundió con la misericordia para revelar la realidad de la justa fragilidad de la que jamás se podrá escapar.

jueves, 24 de mayo de 2007

Ayer

Memorias que inflan un globo
desesperadamente aguardado,
enemigo de los fracasos
que rondan los pasillos del intento frustrado
por combatir las rosas secas
que descansan en los Alpes.
Sin fragancias ni luces,
invitan a una nueva escuela.
escape invadido por temores
y angustias sin sentido.
Incomprendidas mañanas,
ancladas en la zozobra
de noches manchadas por ansias disipadas.
Caminantes de estos soles
sin promesas ni demonios.
Anochece en la estancia,
regresan los intentos
de un momento perdido en el tiempo,
sin espigas.
Sin dueño de los segundos,
se regalan las salidas,
tan sólo sus sobras
acompañan las caídas,
espectante se asombra,
sin sueños de otro día.
Desaparecen las pasiones,
los demonios encuentran moradas cálidas
para permanecer sin cuentas.

lunes, 21 de mayo de 2007

El engaño



Se enciende la llama y el humo espeso, indecente envuelve a los ojos inocentes que crecen sin saber y sufre por las ignorancias ambiguas que acompañan a las imágenes, asesinas de lo real.

Danzan los personajes desconocidos entre velos, que clavan sobre el corazón la daga sin filo, la dama prudente que desde lo lejos sonríe amable, aunque sus manos develan la verdad de sus sueños.

El humo reaparece, abraza las inseguridades que acabaran bajo tierra y sellaran el destino de las palabras insulsas, vengadoras del dolor, aquel que ha sido inventado con los alcances de las cavernas y los mitos provenientes de bocas maliciosas, cazadoras de sentidos opuestos.

Sus ojos se deshacen en lamentaciones inexplicables y la sangre desciende por los poros sicatrizados, que procuran una voz, gritos de auxilio para acabar, sepultar las cadenas y plácidamente descansar.

Es la historia pero aún es ideal, es la que amenaza con el camino, las mariposas y las pocas posibilidades de escapar de las celdas voluntarias e invisibles ante los temores ficticios.

Se reproducen los espectros, repiten lo conocido; las mimas estrofas que declaran la existencia del infinito, la ausencia de su comprensión y la certeza de lo predeterminado y contingente.

Se puede ver el punto, pero el humo empaña el espacio y los ojos han de ser vendados para que el eceptisismo arrulle su fracaso y les susurre su misión.

La caverna ha de ser abandonada si aún se desea enmendar los errores y en silencio el halcón alcanzará el vuelo mientras la llama se consume, apoca al humo y fallece en los dedos quebrados de lo que jamás ha de ser.

viernes, 18 de mayo de 2007

Melancolía


La nostalgia es de quien la siente y la presiente, la que se chorrea roja entre los dedos abiertos e invade los corazones fugaces de la incertidumbre y el viento.
Amaga con sonrisas que no concluyen la agonía y engañan a la sensatez de la misericordia.
Aparece entre grises otoñales, que más allá del sueño son las realidades invernales, aquellas que empañan la dicha de los infantes, esos que no conocen los alcances de la bondad.
¿Y quién escapa a sus garras?
Aquellos que anhelan una voluntad esquiva y la perfección imaginaria de vidas quebradas por la finitud de un cuerpo oscuro, perdido y podrido en el estanque de la soledad escondida.
La melancolía baja por las calles, baña los parques de la soberbia y juega con la presa que aún podría escapar, aunque es la ilusión que no se alcanza.
Envenena la cotidianidad de las bailarinas y de los trapecistas temerarios, también de los amantes inocentes, creyentes de la justicia y las mañanas calientes.
No conoce discriminación, ama la ausencia de la razón; tiende el velo de la fantasía, mientras atrae con el canto de sirenas hacia la boca de la pasión, esa que regala el éxtasis para robarse la frescura de la esquiva tranquilidad.
En realidad es y no es,
se tiene y se escapa,
es la amada odiada,
es la víctima que termina por triunfar.

lunes, 14 de mayo de 2007

Se verá?



Se enciende la luz y tal vez pueda ver mis ojos caer en la posibilidad del ayer.

Se pierde la memoria en sueños escabrosos que juegan con las noches en que el canto extraño se aleja de mis favores.

Temo a los demonios que danzan con la fe, se ríen a carcajadas y esconden lo que se fue.

Quizá yo me escondo también y huyo de los faros que se han colgado de mi espalda para navegar donde no queden flores y no tenga el deber de buscar las tenazas para abrir las cadenas de aquellos que solos se han amarrado a imposibles sin ventanas.

Son mis palabras y sé que así morirán, mientras estiro las manos e intento hallar el camino perdido que aún no sé si quiero transitar.

De nuevo los sueños, una vez más el perdón y dime si escuchas la voz del gorrión.

Se apagan las luces, se baja el telón... entonces descubro que no pienso partir, pues hace mucho tiempo que me fui.

viernes, 4 de mayo de 2007

El vacío del dolor


No pedí que me siguieras,
no escuché tus palabras fugaces
ni esperé por tu paciencia.
Me comí el mundo dispuesto,
me escondí de los terroristas que amenazaron la serenidad de mi locura
y viví para contar la historia de sangre y ojos vendados por sobras
que se tragaron los gritos chillones de quienes perdieron el corazón en una batalla sin perdón.
No te llamé,
no te busqué ni te escondí,
no me sigas por el sendero que te alejará de mí.
Ahora cierra las manos,
no permitas que toque tu piel,
porque perderás lo poco que tienes
y te fundirás con una estatua de sal,
que aprendió a amar y a enceguecer los luceros para justificar la sobra de su desespero.
¡No escuches! ¡No escuches!
La voz traiciona,
te susurra sus mentiras
y abre la morada de la angustia en sus entrañas
marcadas por el hastío de la melancolía.
Se acaba el tiempo,
ese que nunca existió,
se apaga su vida como si fuera importante la espera,
aguarda a la salida,
esperando la próxima víctima
quien le dará un poco más de aquello que jamás será.
Entonces...
tampoco aguardaré,
de ti finalmente escaparé,
para que olvidándo las tristezas y falsos amores lejanos,
extienda mi espalda sobre la tierra mojada que compra el dolor
.

domingo, 29 de abril de 2007

¿Suspensivos o a parte?



¿Qué somos? ¿Hombres y mujeres? ¿A caso somos?
Quizá la utopía de un mundo mejor, utopía que no existe sin su palabra y que se ha perdido en ese espacio en el que el ser no existe, peor... nunca existió.
La palabra no tenía quien la gritara y se desvaneció en un tener imposible, porque la ausencia se comió todos los espacios de la posibilidad, entonces nada podía ser/ estar/ tener/ amar.
¿Y aún quedaba la esperanza de ser hombre y mujer?
De repente renace la utopía y se cuela en el fondo de maravillosos cerebros andantes y danzantes pero encarcelados.
Crece la utopía y regresa el habla y la existencia, se alaba al aire, el cual sería nada bajo la ausencia de su nombre, no se expandiría de no haber quien lo respirara.
Los cerebros oscurecen; recuerdan episodios que jamas ocurrieron.
La angustia regresa, acompaña a la nada en la cual la utopía es devorada, se expande sin límite hasta caer al vacío.
¿Seguimos siendo hombre y mujer?
Tal vez no hemos descubierto que también somos ausencia; somos sin ser, padeciendo el tener que vacía al instante y nos funde con la nada...

Ante la muerte...

Ante la muerte...
el silencio que todo lo calla,
la penumbra que a todos abruma.
Ante la muerte...
queda el dolor sin sangre,
la fortaleza de la tristeza
que se hace amiga de las madrugadas heladas.
Ante la muerte...
la angustia disimulada,
la rabia disfrazada,
el vacío por la ausencia jamás comprendida.
Ante la muerte...
un último suspiro,
el aliento perdido,
la mirada desconocida que deja el vacío.
Ante la muerte...
el frío,
el insomnio tras la ventana,
las luz huyendo de las bombillas.
Ante la muerte...
regresa el silencio que ensordece,
los recuerdos que se enfrentan al encuentro.

Telarañas



Entraste por ese pequeño espacio que dejó tu vida ante la mirada de otros, ese espacio que poco a poco se fue cerrando y amarró los sueños que alguna vez fueron propios, fueron el motivo de las sonrisas y la posibilidad de la vida.

La historia no pudo ser contada, no había mucho que contar, sólo laberintos y laberintos que olvidaron la luz en algún lugar de la mañana y espantaron a las mentes hostiles que creían todo saber y todo poder. Ellas también se perdieron con la entrada y aprendieron a vivir en un mundo paralelo en el que pocas veces había gotas de lluvia calmando la sed.

Fue la vida que llegó, tal vez no la que se deseó, pero el deseo no importa cuando la realidad se hace presente entre las tristezas de una cama vacía, de una mañana fría y el amor partido por la distancia de la soledad. La vida saludó con la sonrisa dibujada en cada uno de sus instantes, demostró que ella toma decisiones y ella elige los caminos. ¿El resto? Sólo es parte de ese teatro que ella ha montado para satisfacer su tan aburrido día, su tan anhelada libertad.

¿Y el laberinto? ¿Y el espacio cerrado? ¿Para qué saber de ellos si ya están perdidos? Sólo son la ilusión de aquellos que aún creen en encontrar una salida, una mejor opción y un mañana diferente, hasta que descubren que cada tramo se repite como en un eterno retorno de los cuerpos incapaces de levantar la cabeza y regalarse al viento. No hay salida, sólo aceptación de la situación... ya verá quién entra en ese túnel, enloquecerá pero tendrá una motivo para cada día levantar los brazos e intentar caminar.

Otros, simplemente reconocen el final y aceptan que es mejor que llegue la vida, dance y juegue con los cuerpos hasta el día que decida irse de nuevo para dejar todo en el estado que algún día lo encontró, porque aún ella sigue siendo así, no cambia aunque el tiempo relativo pase o los hombres crean que harán la diferencia.

viernes, 13 de abril de 2007

El Ancla



Las historias tímidas pueden no terminar bien y las de amor suelen tener tramos de maldad... quizá es mejor echarse a dormir y olvidar por fin que un día se quiso volar. Podemos pensar en descansar y tal vez la cama sirva para arrullar los sueños ajenos.

Aún así, pocas veces se puede amar en dos ocasiones y menos cuando se ha entregado la vida hasta el destierro, suele ser mejor salir a embrigarse y convencer a las sábanas que olviden su alergia a la madrugada.

No es cuestión de atender las cartas quemadas ni saber si alguien las quiere tener... la soledad se convierte en compañía como alguien lo aseguró alguna vez y puede ser el camino hacia una felicidad partida.

Se envuelven los engaños en sonrisas que no calientan los ricones de las hadas y quién responde por las pérdidas y el dolor del abandono que poco a poco se cuela por entre las rendijas que ya no evitan el paso del tiempo ni del viento lejano, de los gritos que llaman a la desesperación y esconden la claridad de la aurora clandestina.

¿En dónde se encuentran los faros? ¿En dónde hallar el muelle que calma las ansiedades de los pasajeros? La tierra se acorta, se desvanece y aún se puede sobrevivir en un puente.

domingo, 8 de abril de 2007

Desorientado



Una mañana gris, danzando con las lágrimas que han quedado sin salir... quizá aún haga falta encontrar las palabras que no se pudieron decir, pero llega el "blues" y se sienta junto a mí, susurra que no me dejará ir.

En dónde están las voces inocentes que solía escuchar, los colores que acompañaban mi pintar, se han ido y no los puedo hallar.

Los cuentos de princesas ya no los puedo atesorar porque las mañanas llegan con sus sueños y no me dejan escapar... es el gris de los días tristes, de los ojos ausentes y de las sonrisas amadas por los pequeños duendes de la madrugada.

No es suficiente con despertar, los ángeles han partido a otro lugar, donde el amor es posible en un mundo de fantasmas clandestinos y cantos fugaces.

Seguir el camino sin posibilidad de mirar las luces de la noche y aún así puedo recoger las flores rotas que dejaron las máscaras del pasado sobre una mesa vieja, amante de lo olvidado.

Espero, quizá es lo único que tengo: la espera infinita de una nueva visita a este rincón que se niega a morir en el espanto de al consideración... tal vez morirá y aún así la mañana gris regresará.

sábado, 7 de abril de 2007

Desafinado



Dos notas para voltear la mirada y encontrar la página abierta de una historia aún no contada y que una vez más deberá esperar por un mejor momento para poder llegar...
Dos notas, dos palabras y dos ojos encontrando lo que en el mundo debía buscar para descubrir que ese siempre fue el lugar donde debía estar, pero era temprano para levantar velas y salir a navegar, el barquito de papel aún necesitaba reparación y las notas tuvieron que regresar, aguardar por el momento en que los oídos estuvieran listos para empezar a escuchar.
No fue poco el tiempo el que hubo que esperar, mucha lluvia cayó sobre el valle e inundó las plantaciones que de muchos fueron ilusiones. ¿Pero quién puede reprender las tonadas del cielo? Recogiendo la poca cosecha y haciendo maletas, el camino tenía que empezarse a andar, aunque no se quisiera y el temor esperar en el primer paradero para hacer desistir a quién con dolor y valor hizo maletas (con lo poco que aún necesitaba para iniciar un nuevo camino lleno de desesperanzas y vacío en el horizonte).
El temor asechando y la lluvia que no cesaba, ¿quién podría imaginar que algún día encontraría el calor de una nueva posada? Pero nada había sido tan difícil que no pudiera volver a poner las piernas en pie y recuperar el aliento, porque la vida seguía, aunque los sueños volaran lejos de la mente. Con la frente en alto, como tantas veces caminaron otros, con los pulmones abiertos como tantas veces el aire lo pidió... el último sorbo de café bajó por la garganta y fue suficiente para que las notas empezaran a llegar desde muy lejos, primero leves, cada vez más fuertes hasta que se ahincaron en el oído, como vecinas de siempre que segundo por segundo repiten que no hay arrepentimientos ni dudas, las culpas han volado porque el barco de papel sólo puede soportar una mente liviana dispuesta a continuar lejos de las cadenas y las falsas creencias que la amarran a un valle sin siembra.
El barco está listo y espera el abordaje de quien aún crea que sólo su mente es necesaria para el viaje.

Un Sábado Sabático


Se hace corto el olvido cuando hay tiempo para recuperar los pedazos de la vida que en cada esquina fueron quedando como adornos del pasado; hacen pensar al observador inocente que siempre estuvieron ahí, que siempre fueron dueños y huéspedes de ese lugar... pero la verdad es diferente y los años no se hacen esperar cuando hay que levantar la mirada y con el dolor de la ingenuidad se tiene que mirar esa vida que se ha dejado atrás.
Quizá fue mejor, quizá no, quizá sólo fue lo que siempre tuve que ser y no hizo algo diferente de lo que hubiera podido hacer. Entonces ¿por qué preocuparse por olvidar? ¿Por qué tanta insistencia en alcanzar y llegar?
Es la vida, es la vida y nada más la que por la mañanas levanta a los perezosos y los obliga a danzar, es esa la que poco a poco se cuela por entre las rendijas de las alcantarillas y huele al bajo mundo, pero también acompaña a los aromas de la primavera y arrulla a la luna que llora por aquellos que ya no pueden llorar. Es la vida que nos toca aunque no sea una invitación, aunque se trate sólo de la condición para permanecer en los corazones y quizá en la memoria de los que ya perdieron las razones para caminar un paso sin necesidad de soñar con el siguiente.
También ella nos ínsita a olvidar lo que tantas veces insistimos en recordar y sin avisar toca con sutileza las puertas sellada en las que el dolor se mezcla con las sonrisas, en las que el amor y el odio son pareja inseparable y el calor invade al frío con las llamas de la apatía.
Es inclemente esa vida, jamás se dijo que amara la benevolencia.
Sólo aparece cuando se hace conciencia y te lleva por los caminos salvajes de la ilusión y la posibilidad aunque sabe que la única posibilidad es la que ella quiera otorgar.
Es esa vida la que viene a aplacar la angustia aunque ella la produce, se acuesta en la cama caliente e intenta abrazar lo que ha hecho con una mente moldeada por sus propias manos y que segundo a segundo entiende que ella nunca tuvo una oportunidad diferente de ser lo que es... pues esa es la vida.

viernes, 6 de abril de 2007

El Giro



Mirando hacia adelante, en un punto que se pensó estaba muerto y con pocas posibilidades de revivir... trataba de encontrar la manera de recuperar la ilusión o tan sólo un pequeño motor que le permitiera salir del remolino en el que poco a poco, casi sin darse cuenta, se había metido; había caído sin haber dado el último adiós.
Pero nadie lo puede saber, no es posible comprenderlo ni anticiparlo. Con los ojos perdidos en una vida sin motivos, sin sueños y ya sin acciones, su espalda fue tocada por las manos de un ángel que con su sonrisa le permitió reconocerse a sí mismo.
No era conciente, no se puede ser, pero fue el instante en el que todo pudo llegar y al mismo tiempo todo se pudo quemar.
Al filo del abismo se vio a punto de saltar y tal vez ya lo había hecho millares de veces atrás, pero no había terminado de morir, la fuerza que él mismo no reconocía, le estaba ayudando a subir de nuevo, a ponerse los zapatos y a intentar una vez más el suicidio de su vida, aunque el cuerpo mantuviera la vitalidad, muy a pesar de los pensamientos.
Sus ojos volvió a cerrar, no tenía ganas de volar ni de intentar cambiar el sol de la monotonía por la lluvia de la ironía, ya no tenía fuerzas para empezar y la espalda prefirió dar.
¿Cómo reconocer que esa era su oportunidad cuando ya había olvidado creer en todo lo que un día él mismo fue?
Al otro lado, a punto de saltar también, estaba ella rogando por su grito de auxilio, por un instante en los brazos de quien le pudiera hacer sentir la vida, ya no como su eterna condición, sino como la opción de quien pronto morirá... pero no hubo toque de ángeles ni cantos de voces conocidas que la ataran a la tierra que le había dado la vida, ella esperaba la señal que él tuvo y él esperaba por la valentía que ella aún guardaba.
Las lágrimas empezaron a traicionar su decisión, aunque no tenía tiempo de lamentarse ni arrepentirse, la zoga había colgado y su señal había pasado, para ella también era la oportunidad perdida de una vida lejos de sí misma. En esta ocasión no llegaría.
Cada uno, en un extremo, mirándo sin mirar, amando sin saber, dieron el salto al vacío desconocido que poco a poco se tragó las penas y los dolores, los levantó en un sólo soplo y los llevó a la barca donde todo debía comenzar... lejos de abismos, de desiertos intransitables, de lágrimas secas y amargas, de noches en vela esperando por regresar.
Sentados, uno frente al otro se tocaron sin temor, reconocieron la piel de ellos mismos en las manos del otro y sin palabras de más ni silencios eternos, entendieron que la única manera de llegar era olvidando todo lo que fueron y lo que jamás llegarían a ser... la única manera de encontrar lo que habían perdido, era perdiendo lo que nunca pudieron ganar.

jueves, 5 de abril de 2007

La Ventana

¿Abierta o cerrada? Cómo saberlo cuando el horizonte es lo que hay detrás y por dentro a veces sólo se ve un sendero, que tal vez se abrirá y llenará el valle con sus vivencias pero ante los ojos temeroso se va haciendo estrecho...
Es la ventana en la que muchas charlas se han gestado y algunas lágrimas se han derramado, acompaña los minutos de la tarde cuando el sol cae e ilumina los pequeños rincones del día a día, que invade a la monotonía con posibles sueños de una noche lejos de los espantos y las heridas que tantas veces han causado daño.
No es sólo la apertura ni la vista de los que han quedado atrás, no es siquiera la posibilidad de salir y correr en algún otro mundo lejos del pasado perseguidor/ aterrador/ entristecedor... ¡No! No es eso, es todo, es la vida misma que en esa ventana se gesta y muera, crece y se desvanece y aún así continúa con su súplica a los vientos para que no olviden entrar por allí y levantar, como una pluma, las decisiones y las voluntades de los que aún no han mirado a través de ella.
Es la compañía en las noches con un vaso en la mano, mientras los recuerdos se esfuman en el humo del tabaco que no hace bien pero alivia la angustia del sentirse finito en un mundo de infinitas posibilidades, que como posibilidades no son reales hasta que se convierten en realidades y nos muestran que de tal infinitud sólo quedó el vestigio porque la contingencia regresó con la etiqueta de la muerte, no sólo del cuerpo, del día, del amor, de los sueños, de las canciones que nos hacían soñar con una vida distinta... y claro que fue distinta pero no fue la que se soñó cuando a los cinco años se pensó que esa infinitud hacía parte del ser humano y la muerte no era un pensamiento recurrente, o tal vez sí pero no había conciencia para conocer la frialdad que ella trae debajo de su brazo.
Se hace tarde y no llegará la noche, porque ella sólo acompaña a los amantes que reflejan sus pasiones en el cielo oscuro, ese que oculta lo indiscreto a los ojos perdidos en la moralidad del deber. Pero ese cielo es el cómplise para que una vez más llegue la mañana y tal vez traiga consigo la mirada, la voz, la piel de una vida a aquellos que aguardan por su realidad aunque jamas será infinita.