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lunes, 12 de septiembre de 2011

Quitapesares... quitapesares


Me encanta Héctor Abad, me encanta cuando escribe columnas, cuando escribe libros, cuando da entrevistas, me encanta como piensa, aunque yo debo decir que soy más de centro-derecha, considero que su pensamiento, digamos, más izquierdista, me gusta mucho porque suele ser respetuoso y objetivo, en medio de las posibilidades, porque al final, ¿cómo un sujeto puede llevar a ser objetivo? 
En fin, Héctor Abad es uno de mis escritores favoritos y por eso me ha llamado la atención su columna en el Malpensante sobre Paulo Cohelo. 
Digo, puede tener razón en todo lo que dice, y si comparamos lo que escribe Cohelo con lo que escribe Abad, sabemos que hay diferencias, no sólo de forma, fondo, largo, ancho, estética, ética y todo lo demás (que los he leído a los dos,  ¿eh?). Pero siempre me choca bastante cuando se crítica a un autor que vende como vende Cohelo. No pienso defender su prosa, barata dirían algunos, sublimes podrían incluso pensar otros, sólo quiero quedarme en el hecho de que si al final es un autor tan mediocre, pues no merece la pena que se le dedique una columna, mejor sería escribir de alguien mucho más culto. 
Y claro, el problema es que la masa es ignorante y facilista, a la masa le gusta esa literatura que no hace pensar y tragarse todo lo que le dan. Bueno, digamos que es cierto (que yo no lo creo); digamos que Cohelo le da ala masa lo que él quiere, (yo pensaría que la masa le pide a Cohelo lo que ella quiere, son dos maneras de veras las cosas, aunque el resultado es el mismo). Vale, Cohelo optó por la vía fácil y escribe a diestra y siniestras para una gran público ignorante, que no piensa mucho y que se cree todas las fantasías que el brasileño cuenta. Entonces, ¿cuál es el problema? Supongo que Abad no quiere ser leído por esa masa ignorante, porque no van a entender ni apreciar la buena literatura y si quiere llegar a ser leído por todos aquellos que idolatran a Cohelo, entonces… sería un caso de envidia, digo yo.
Cuando estaba aún en la universidad, en alguna ocasión, una de las eminencias de la facultad me pilló leyendo a Cohelo, no me acuerdo cuál de sus libros, porque tengo que aceptar que hice parte de esa masa ignorante e inculta que leyó más de un libro de este autor, parece que ya soy más inteligente, no sé si con los años uno se vuelve más brillante porque ya no lo leo, pero volvamos a mis años de estudiante… estaba leyendo alguno de los libros de Cohelo y esta eminencia, con la que yo tenía una buena relación me dijo que era imperdonable que un estudiante de filosofía leyera ese tipo de libros, no literatura, libros. 
Ese día fue la primera vez que pensé, que al final quién era él para decirme eso, Cohelo vendía millones de copias de sus libros, malos o buenos, pero llegaba  a muchas personas en el mundo, tanto que este profesor de filosofía lo conocía e incluso lo citaría en una charla futura a la que asistí. Claro, lo citó como aquello que no se debe hacer ni leer, pero igual lo mencionó...
En fin, tanto a Abad como a mi profesor los admiro mucho y los respeto, pero al final creo que si Cohelo es tan charlatan y tan mal escritor, pues no merecería que personas tan inteligentes y cultas lo nombren en conferencias y columnas; al fin y al cabo no le van a abrir los ojos a las masas ignorante y los lectores cultivados no necesitan que les abran los ojos, de modo que sería mejor escribir cosas interesantes para aquellos que leen autores interesantes.


Por si las moscas:
http://elmalpensante.com/index.php?doc=display_contenido&id=1413

viernes, 19 de agosto de 2011

Pensando la impensable

Entre el pasado y el presente me pregunto si existirá una frontera que nos ayude a aclarar el pensamiento y a dar un paso hacia adelante.
Los acontecimientos van y vienen y marcan las vivencias, siempre las marcan, llevándonos a un espiral que sube o a otro que baja, ¿a cuál nos unimos? 
Pensaba que la vida siempre iba avanzando, que cada nueva experiencia nos llevaba a un mejor estado de conciencia y comprensión global... pero he ido descubriendo que hay seres que necesitan involucionar o tan sólo regresar al punto de partida para lograr partir. 
Es así, cada individuo está marcado por su propia experiencia y por su propia carencia y no puede huir a lo que debe ser y hacer; la conciencia queda relegada a un segundo plano y tan sólo el instinto y la inercia actúan como en caída libre.
Ya no creo que la voluntad y menos en la de poder, ya no creo que la conciencia y menos en la autociencia, ya no creo en ontologías, al final lo que nos queda es lo que había al inicio, todo estaba escrito y los esfuerzos que hicimos por cambiar el destino, nos desgastaron y llevaron a un abismo.
No, no nos dimos cuenta, aún creemos y creeremos que sí cambiamos y que sí evolucionamos... pero echemos una mirada atrás y preguntemonos si ha sido real. Mmmmm, no es posible, para que esa pregunta tenga valor, debemos conservar una lucidez y honestidad que ni siquiera sabemos que no tenemos ya.
La verdad, la única verdad, es que seguimos mintiéndonos para sentir que somos mejor que el otro y así poderle dar lecciones de una vida que aún no terminamos de entender y muchos menos vivir.

sábado, 16 de abril de 2011

martes, 8 de febrero de 2011

Se me hace pequeño el espacio en el que extraño tus ojos,
se me hace pequeño y te lloro con el aliento profundo del descanso,
te vas, te vas con mi paz
y dejas en mi esta angustia fugaz





miércoles, 12 de enero de 2011

Haití llora como hace un año


Un año después del terremoto de Haití, qué ha pasado?
Los haitianos siguen igual y peor que hace un año y la vida, lejos de ese pequeño país, ha seguido su curso normal, a pesar de la pobreza, las muertes, el hambre, el cólera; la vida debe seguir  y si las promesas que hicimos al pueblo de Haití se cumplieron o no, poco importa porque hay que hacer las compras de navidad, hay que planear las vacaciones, hay que asistir al funeral de las víctimas de Tucson, hay que comprar en las rebajas de enero, hay … hay… hay tanto por hacer y no conocemos a tantos haitianos que no o importa si se siguen muriendo .

Lo cierto es que Haití y su terremoto fueron una oportunidad para que el mundo capitalista y con dinero se organizara y asumiera la responsabilidad social y civil con una de las poblaciones más pobres del mundo; fue la oportunidad de rediseñar un país e intentar construir una estructura social con oportunidades para todos, pero seamos sinceros, a quién le interesaría hacer de un país como Haití, un lugar modelo donde todos puedan tener la oportunidad de una vida digna, un hogar sano y un trabajo rentable. En realidad es más fácil mantener a los haitianos en la pobreza y mejor aún si podemos llevarles enfermedades como el cólera que se lleve más vidas.

Hace un año Haití no era un paraíso, pero seguro que no era el caos que es ahora; tan triste es la situación que muchos espectadores desprevenidos prefieren cambiar el canal de la tele cuando se muestran imágenes relacionadas con el terremoto y sus muertos. De todas maneras,  hace un año, ese espectador desprevenido, envió las ayudas que su bolsillo y conciencia le permitieron, el resto es responsabilidad de las ONG’s y fundaciones encargadas de la reconstrucción social y física del país.

Pero sòlo por curiosidad me preguntaba qué sucedió cuando celebramos el primer aniversario de la caída de las torres gemelas? Reinaba aùn el caos como en Haitì? Claro! Nueva York no es igual que Puerto Prìncipe, no tiene e mismo estatus social ni mucho menos el mismo fondo económico; tal vez la cuestión es el precio de las víctimas, como me decía alguien hoy, no tiene el mismo precio un muerto de wall street que un muerto de Haitì.

martes, 11 de enero de 2011

Jacques Brel - Valse à mille temps 1963

En una calle...


Desencuentros con tu sombra tuve muchos y de muchos tipos, tuve tantos que me cansé de perseguirte y llamarte, de buscarte entre la bruma que se acostaba sobre las calles de la ciudad y me agobiaba con su espesor y hedor.

 Para desplantes se acabó la vida y sus oportunidades, para la desdicha descubrí que no tenía tesón ni ganas de intentos fallidos, me cansé de esperar en una esquina sin esperanzas y de llamar con una voz vaga sin tonos ni llantos. 

Es así la realidad de una vida sin amor, un niño que no nacerá y un árbol que ha muerto antes de echar raíces y coronar la flor. 

He sabido escapar de los tentáculos oscuros de tus mentiras y sortilegios, he sabido esconder mis manos de los vientos gélidos del sur y poco a poco he descubierto que las miradas son parte de los embustes tantas veces repetidos y en ocasiones creídos. 

No, no, no! yo ya no creo en el cielo rosa, ni en el ladrido de los lobos mansos…. La luna oculta la crueldad del metal que en mis manos se funde y quema las pocas ganas de ilusión y la belleza escasa que un día pude inventar en ti. 

Es mi manifiesto de libertad el que te he decidido dejar, en esta noche oscura de un invierno ajeno, que mañana renacerá y pronto o tarde sin ti me dejara.

Aún no lo sabes pero ya te empiezo a dejar, olvídate de buscarme, pues ya no me hallaras; es tu estupidez quien te acompaña y te guía en esta vida extraña de la que yo prefiero ser la arpía. 

lunes, 10 de enero de 2011

¿Homicidio o Sacrificio Humano?

¿Qué hace que la muerte de un ser humano en manos de otro sea un homicidio o un sacrificio humano? El resultado es el mismo, se decide arrancar la vida de un ser y dejar viudas, huérfanos, padres y madres inconsolables, amigos desconcertados. Y a pesar de que el resultado es el mismo, en el imaginario común no es igual, pues un sacrificio humano es más aceptable y se digiere con más facilidad que un homicidio y ni hablar de homicidios colectivos, eso es escandaloso y motivo de rechazo general.
Se habla de sacrificios humanos cuando se hace referencia a los asesinatos que llevaban a cabo las culturas antiguas para agradecer o pedir a sus dioses algún favor especial (lluvia, buena cosecha, suerte en la guerra, etc.) Podía ser realizado en masa o puntualmente, dependiendo del rito. A veces, cuando se trataba de un evento mayor, se usaban los esclavos (prisionero enemigos) y uno a uno se iban sacrificando, dependiendo de la práctica acostumbrada resultaban perdiendo el corazón, la lengua, eran tirados a un pozo “sin fondo”, lanzados a la hoguera, etc. Pero no sólo se sacrificaban esclavos enemigos, también se podían sacrificar jóvenes vírgenes, niños pequeños e incluso bebés, todo dependía del objetivo que se quisiera alcanzar. Y la sociedad lo vivía más o menos bien, por lo menos eso intenta mostrarse, que incluso se hacían grandes congregaciones para asistir a estos eventos , que tarde o temprano otorgarían al pueblo sus deseos.
Me pregunto si todos los implicados lo vivirían así de de bien. De los esclavos no hablemos porque ni siquiera eran considerados como personas con derechos y así ha sido desde siempre y hasta ahora. De modo que se da por sentado que no sentían pánico, ni angustia y que de alguna manera iban felices a encontrarse con la muerte, pues al final su existencia tendría algún sentido (no es la discusión actual, pero dudo que estuvieran felices). Hablemos de las jóvenes vírgenes o las madres de los infantes, ¿estarían tan alienadas como para entregar felices sus vidas y las de sus descendientes? sacrificados o no, lo cierto es que iban a morir de una manera aterradora.
Los sacrificios humanos hacen parte de nuestro pasado como especie, a lo largo y ancho de el globo terráqueo han habido culturas que los han realizado y en el siglo 21 vivimos bien con eso, lo asumimos y no nos cuestionamos si moralmente es correcto no, pues la sociedades aceptaban y avalaban dichas prácticas y en la actualidad sólo estudiamos dichos fenómenos e intentamos darles una explicación, claro está, el sacrificio humano siempre debe darse como ofrenda a un Dios, sino no es aceptado.
Entonces ¿qué sucede con los homicidios? En estos tiempos no podemos hablar de sacrificios humanos porque sabemos que los dioses no nos piden ese tipo de pruebas, aunque en la Biblia Dios pide a Abraham el sacrificio de su hijo y es algo que seguimos enseñado a los pequeños católicos. Al final perdona la vida del hijo, pero el sacrificio es un hecho. Nadie hubiera encarcelado a Abraham por asesinar a su hijo, pues Dios así lo quería, pero si una mujer, en nuestros tiempos, dice asesinar a sus hijos porque el diablo los quería para él, como sucedió en Niza hace unos dos o tres años, inmediatamente va a la cárcel y a juicio, quizá la declaren loca, pero encerrada quedará por el resto de su vida. Hoy en día los sacrificios no son aceptados, eso se llama homicidio.
Tampoco nos atreveríamos a decir que la decisión final en la segunda guerra mundial fue un sacrificio humano colectivo, aunque los sacrificados eran los enemigos del régimen. No, eso también es homicidio y el peor de la historia reciente de la humanidad, por lo menos el peor que nos enseñan en occidente, porque hay otros igual o peores, pero de esos mejor no hablamos. Es un homicidio porque no había un Dios a quien se le estuvieran ofreciendo todas esas vidas, había una causa pero no es lo mismo, ¿o sí?
Luego ¿por qué hablamos de sacrificios humanos cuando se trata de culturas antiguas? Para mí son la misma cosa, sólo que los muertos nos duelen menos porque pasó hace tanto tiempo que ni lo tenemos presente en la memoria. Pero si en mil años el ser humano todavía está por estos lares, podría darse el caso que los grandes homicidios de nuestra época sean estudiados en las escuelas como sacrificios humanos en pro de causas que no sirvieron para mucho, pero en las que creían sus abanderados, entonces las viudas, huérfanos, padres y amigos de nuestras víctimas quedaran al mismo nivel que las viudas, huérfanos, padres y amigos de las víctimas de los sacrificados, ¿verdad?