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sábado, 11 de diciembre de 2010

Confesiones Borrachas

Hoy me subí al metro de Madrid como todos los sábados, con mis pensamientos y fantasmas rondando la cabeza; estaba tratando de darle un sentido a ciertas cosas que venía pensando cuando en una estación se subió una pareja que pasó al lado mío y ni volteé a mirar, hasta que el hombre empezó a cantar una canción que no oía hace mucho tiempo y me transportó a mi adolescencia “libre, como el sol cuando amanece yo soy libre…”. Entonces miré al personaje y sonreí. Hasta ese momento solo parecía una pareja cantando en el metro, pero la mujer le dijo: -“Ves, has tomado menos que yo y estás más borracho”- (En realidad no fueron esas sus palabras, utilizó palabras que no puedo repetir porque no las tengo interiorizadas en mi vocabulario, pero que querían decir eso, las barreras del idioma). Cuando la mujer hizo alusión al alcohol tuve una especia de revelación, inmediatamente sentí el olor a cigarrillo y trago trasnochado y las pintas de los sujetos me resultaron demasiado desaliñadas para un sábado al medio día. Pero me reí, aun no sé si fue por parecerles amable y no pasar por una de esas tantas personas que miran con horror a los borrachos o si en realidad me parecían divertidos; teniendo en cuenta que hace mucho tiempo yo no caigo en esos estados.

La mujer se rió conmigo y empezó a hablar más duro, a decirle a los otros viajeros que estaban muertos porque no se reían y seguían inmersos en sus cosas, que en cambio yo era la única que vivía porque estaba disfrutando de la vida, etc. Se regó en una serie de elogios que en el momento me cayeron bien, a pesar de que estaba borracha me gustó sentir que esa anónima me resaltaba sobre todo el resto de anónimos, aunque en realidad son pendejadas con las que se alimentan las inseguridades, no?

El caso es que la mujer siguió hablándome en una especie de monólogo al que yo respondía con sonrisas. Hasta que su compañero intervino y sin saber por qué me dijo: “Ah, pero con esa cara que tienes se nota que has hecho muchas cosas”. Y yo, que lo confundí con un amigo y tomé su comentario como una chanza, le respondí: “Ahhhh, pero no más que tu”. Y el borracho se llamó a ofendido, y se regó en una serie de reclamos que terminó con un: “Vete para tu país!” Yo, que en todos los años que llevo viviendo lejos de Colombia, nunca había sufrido lo que los extremistas llamarían un ataque re racismo, sólo atine a quedarme callada y pensar que era muy pendeja por haberme puesto a conversar con un par de ebrios. Pero la mujer, a la que le caí en gracias, entre otras cosas porque la saqué de sus dudas sobre si el metro iba o no hasta Moraleja, salió en mi defensa y le dijo a su amigo que eso no se decía, que no fuera grosero.

En fin, creo que el borracho cayó en cuenta y salió con excusas insulsas que yo decidí no escuchar, de todas maneras no va ser él el que diga cuando vuelvo o no a Colombia. Pero mi relato va a que en medio de esta discusión, la mujer le dijo que ella tenía derecho a hacerle reclamos, porque:”después de haberte chupado la polla en el cercanías puedo hacerlo.” Yo me quedé con los ojos como un emoticon de msn, y no quería que fuera evidente, pero al parecer no lo logré, porque la mujer me miró y dijo: “Ya eres grande y sabes lo que es chupar una polla” Y siguió hablando con su amigo.

Yo, una mujer latinoamericana, con una educación poco religiosa pero políticamente correcta, a quien siempre se le ha dicho lo importante que es saberse comportar y que un día atrás había estado hablado con unos compañeros sobre las palabras como “culo” que todavía no terminaba de asimilar, me gané mi buena porción de palabras de parte de estos desconocidos en el metro. Y no es que me escandalice que ella le haya chupado la polla a él, lo que me dejó con los ojos como un emoticon fue que lo dijera así, como si nada y a una desconocida. Claro que ella estaba borracha y que ahora yo me rio, pero son las cosas que pasan cuando voy de regreso a casa con ganas de descansar y en el camino me topo con dos borrachos arrechos con ganas de follar.

2 comentarios:

FLOR QUE OLÍ dijo...

vaya modito de pedirlo!

Germán Medina dijo...

María, no sabía que tenías blog, que bueno volver a leer algo tuyo después de tanto tiempo. Me hiciste acordar de algunas borracheras compartidas…